lunes, 12 de mayo de 2014

Estudio en escarlata...

Muy buenas a todos. Espero que tengáis las pilas cargadas y los mayores ánimos para comenzar la semana como se merece, por todo lo alto… solo porque está llegando el calorcito, y eso siempre merece ser celebrado. Y para comenzar como se merece, nada mejor que una buena reseña, y si es de un buen libro, mejor que mejor. Así que sin más dilación, me calo el sombrero, y enciendo mi pipa, y os traigo la reseña de Estudio en escarlata, de Sir Arthur Conan Doyle.
 
Seguro que a más de uno le suena este título de esta novela, también puede que a alguno le suene el autor de la misma… pero seguro que, si os digo Sherlock Holmes, a todos, absolutamente todos, nos vendrá a la cabeza el personaje (ya sea de serie o película), y probablemente, por fin situéis al mismo.
Tengo que hacer una confesión, de esas de las gordas… de las que dejan con la boca abierta a más de uno, y en mi caso es que, hasta hace nada, no había leído ninguna de las novelas de Sherlock Holmes. Lo sé, lo sé… ¿si me encanta el personaje, y he visto todo lo que se ha hecho relacionado con él, cómo es que no había leído nunca las novelas? Pues la verdad es que no tengo escusa. Que le vamos a hacer, así es la vida… unas veces se lee, y otras se ve… y en mi caso he sido más de ver.
Sin embargo, ahora que, por fin, he leído Estudio en escarlata, puedo decir que Sir Arthur Conan Doyle no solo creo un gran personaje, sino uno magnífico. Estudio en escarlata es el arranque de la relación entre el Doctor Jonh Watson y Sherlock Holmes, y esta se encuentra escrita en forma de diario, más o menos, del propio Watson.
Es una novela muy corta, en la que Watson narra cómo, tras volver de la guerra, comienza a compartir apartamento con el excéntrico Holmes, lo que lo llevará a acompañar al detective asesor en sus pesquisas por resolver un difícil asesinato, que trae de cabeza a Scotland Yard.
 
He de decir que, no solo he disfrutado muchísimo con la lectura, sino que ha conseguido que mire con nuevos ojos a unos personajes que yo creía conocer. Es cierto que a lo largo de los años, los personajes han sido muy bien retratados en las diferentes adaptaciones, pero también es verdad que al leerme esta primera novela, he ido descubriendo cosas completamente nuevas, que me han hecho mirar a mis dos detectives preferidos con nuevos ojos. Por ejemplo, Sherlock no lleva esa gorra de caza, ni la gabardina tan característica de su personaje en las adaptaciones cinematográficas antiguas… y tampoco llega a decir nunca la famosa frase de “Elemental, mi querido Watson” (algo que ya he contrastado, y sé a ciencia cierta que, tampoco aparece en ninguna otra de las novelas).
Creo que, a todos aquellos a los que les guste el género policiaco, debería leerse alguna vez en la vida, Estudio en escarlata, porque lo mejor que tiene no es solo el desarrollo de la trama en sí misma, sino que tras la resolución del caso, en la segunda parte de la novela, te explican los hechos que desencadenaron a que el crimen se cometiera, y esos es algo que siempre mola. La motivación detrás del acto, es algo que siempre es bueno conocer.

Creo que Sherlock Holmes se ha vuelto aún más querido para mí, a raíz de la lectura de la primera novela, y sigo sin entender cómo es que había tardado tanto tiempo en ponerme con la lectura de estas grandes obras.      
Un saludo desde mí Mundo Mundano, donde ya nunca más habrá un “elemental”, pero si un Conan Doyle.

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