El viaje a Lanzarote me fue genial. El ver a la familia siempre es bueno, cuando os lleváis bien, y la verdad es que el tiempo de playa, comiditas, descanso y más comiditas, es bueno siempre.
De mi viaje solo comentar un par de cosas de esas que me gustan mucho.
La primera, como no, va de libros.
Mis padres me regalaron para el viaje el libro de Marian Keyes, La estrella más brillante, libro al que le tenía echado el ojo desde hacía una temporadita, y que cuando finalmente calló en mis manos, fue devorado como hacia tiempo que no devoraba un libro. La historia es muy interesante, así como la manera de contarlo. A cada página que pasa, deseas saber mucho más, quieres conocer cada detalle de la vida de los habitantes de esa casa en el 66 de la calle Star, enamorándote de cada uno de ellos, riendo con sus ocurrencias, y llorando, un poco, por sus preocupaciones y problemas.

Y el problema de estar devorando un libro en un viaje, es que puede acabársete antes de lo previsto, y eso mismo fue lo que me pasó a mí, y a dos días de volverme me vi sin libro y con ganas de leer más.
Así que, aprovechando el paso por Arrecife, busqué una librería a ver que me podía pillar, y para mi sorpresa, calló en mis manos otro libro que hacia tiempo que también tenía ganas de leer, Sushi para principiantes, y que daba la casualidad que era de la misma escritora. Hoy he terminado de leérmelo, y me he dado cuenta, que me gusta mucho esta escritora, la verdad. Este he tardado un poco más en leerlo, pero igualmente me ha encantado, y ha vuelto a provocar en mí, esa sensación de querer saberlo absolutamente todo de sus protagonistas.

Otra de las cosas que me hacen sonreír cada vez que recuerdo el viaje es el hecho de haber podido tener un búho en la mano, con su mirada amarilla penetrante, y he de confesar, que en el momento que lo tuve en la mano, me sentí un poco como si finalmente hubiese podido acceder al mundo de Harry Potter, después de años intentándolo.
Por último, algo que no es que sea muy de Lanzarote, pero que me encantó sobre manera, fue el que mis tíos me llevaran a cenar a un restaurante Japonés llamado Sakura, a la parte de la cinta, algo a lo que nunca había ido y que tenía muchas ganas de probar.
En cuanto a mi vuelta a la isla, lo cierto es que he estado de vaga total y absolutamente. Llevo semanas decidida ha hacer un millón de cosas para aprovechar los pocos días de vacaciones que quedan ya, ante el inminente inicio del curso, y sin embargo, muy pocas cosas he hecho.
Un de esas pocas cosas, sin embargo, ha sido ir a ver Origen finalmente, película que tenía muchísimas ganas de ver, y que no me ha decepcionado en absoluto, sino que me ha dejado con ganas de volver a verla en cuanto pueda un par de veces más, no solo para pillar algunas cosas un poco mejor, entre ellas, el final, como supongo que nos pasará a todos, sino para disfrutar del placer de verla de nuevo, ya que para mí, el mundo del subconsciente y de los sueños, y de los sueños dentro de los sueños, me resulta realmente fascinante.

1º. – Leed todo lo que podáis de Marian Keyes, creo que sus personajes os pueden enamorar tanto como a mí.
2º. – Pensad en el mundo de Harry Potter a diario, es mucho más real de lo que uno podría imaginar.
3º. – Comed sushi hasta que os salga por las orejas. Y si podéis ir a comer a un restaurante con servicio de cinta, hacedlo, por que es divertidísimo. En Tenerife hay uno, llamado Osaka, en el Puerto de la Cruz, al lado del Alcampo la Villa, que también tiene tatamis, y mesas normales, y la comida está muy buena.
4º. – Id a ver Origen, que de seguro que os encanta.
5º. – Haced caso al refrán y “No dejéis para mañana lo que podáis hacer hoy”, o como dijo Sam Gamyi “El trabajo que nunca se empieza es el que más tarda en terminarse”, así que manos a la obra y a hacer cosas, que el tiempo se va volando.
Un saludo y un beso enorme desde el País de Nunca Jamás.