Cuantas ganas tenía de pasarme los días sin hacer nada, levantándome tarde a ver la tele, leer, o simplemente a escribir mis pensamientos en la primera hoja en blanco que pillara, y que nada tuviera que ver con la carrera.
Estos días, después de descansar de la resaca del Salón del Manga, mi única ocupación ha sido la de leer y ver series que tenía un poco abandonadas, así como películas que tenía esperando un poco de tiempo en mi ocupada agenda escolar, y aquí me encuentro, con algunas cosillas que comentar por la blogosfera.
Primero y principal decir que ya me terminé el libro de Hush, hush, de Becca Fitzpatrick, libro que tengo gracias a la maravillosa Biblioteca Encantada, y que la verdad es que consiguió engancharme bastante, aunque al final me dejara con ganas de más, ya que cuando finalmente la cosa se pone interesante para sus protagonistas Patch y Nora, el libro se acaba. Sin embargo me ha encantado y recomiendo su lectura a tod@s aquellos que como yo, ven en los ángeles caídos un no sé que, que qué se yo.

En otro orden de cosas, he de decir que estoy muy contenta con mi nueva adquisición friki, y es que el pasado lunes llegó por fin a mi casa la pulsera de Harry Potter que compré hace poquito en la pagina de la Pendientera (pontecosasenlasorejas), una página que descubrí gracias a mi amiga Hachi, y de la cual me he enamorado hasta tal punto de que pese a que no tengo dinero, estoy tratando de sacarlo de bajo las piedras para poder comprarme un par de cositas más que he visto y quiero.

Y para terminar este post, largo como el sólo, decir que la pasada noche vi por fin la película de El Príncipe de los Ladrones, basada en la novela El Señor de los Ladrones, que leí en Navidad, después que me la trajeran los Reyes Magos, y que me había encantado, tanto por su ambientación como por el echo de que la historia es entreteníada, a la par que fantástica.

La película me ha encantado, y no solo porque sea muy fiel al libro, algo que parece que no suele pasar muy a menudo, sino porque además por fin he podido ver de nuevo las maravillosas vistas de Venecia, ciudad de la que me enamoré cuando fui hace un par de años, y que cuando leí el libro deseé poder volver a visitar. No es que con ver la película se me hayan quitado las ganas, al contrarío, tengo más ganas aun de volver, pero por lo menos, el mono ya no es tanto.
Y esto es todo por hoy, o por lo menos eso creo.
Un saludo muy grande desde el País de Nunca Jamás, donde los amigos de verdad están disfrutando de este fantástico verano a mi lado, como debe ser.