Muy buen viernes a todos. Espero que estéis mejor que yo en
este momento, con mi gripe tonta, y que disfrutéis del fin de semana como mejor
podáis (yo solo espero que el domingo esté mejor y con fuerzas suficientes para
salir de casa). Sin embargo, por si aun no habéis decidido qué hacer este
finde, os traigo una recomendación. Hace nada, me ha vuelto a entrar la fiebre
del anime, y he vuelto a retomar (creo que por tercera vez XD), un anime que es
muy bueno, pero que se me estaba haciendo un poco eterno con tanto relleno. Aun
así, he decidido volver a ponerme al día con él, y creo que es bueno
compartirlo con ustedes. Al anime en cuestión se llama Bleach, y ha estado
presente en mi vida desde hace ya ocho años.
Bleach narra las aventuras de Ichigo Kurosaki, un
adolescente que tiene la facultad de interactuar con los espíritus. Una noche,
Ichigo se encuentra con una shinigami (personificación del Dios de la Muerte),
llamada Rukia Kuchiki, que sufrirá una grave herida al luchar contra un hollow
(espíritu maligno), y tratará de pasarle parte de sus poderes a Ichigo para que
luche contra el hollow en igualdad de condiciones. Sin embargo, en vez de parte,
la absorción de poderes es casi completa, por lo que Rukia ha de quedarse en el
mundo de los humanos hasta conseguir recuperar los poderes que Ichigo le ha “robado”.
La parte por la que voy ahora mismo en el anime, dista mucho
de esta primera parte que me queda ya tan lejana, pero al escribirla me he
acordado de nuevo porque me empezó a gustar tanto esta serie, y porque aun
ahora, pese a los parones que he ido haciendo por el camino por culpa de los
rellenos, la serie es fantástica, a la que tengo un gran cariño, y que me
encanta volver a retomar una y mil veces más, si hace falta.
La serie tiene de todo: lucha, risas, algo de seriedad, un
poco de amor… vamos, todos los ingredientes que pueden convertir la historia en
una gran serie. El único inconveniente que le veo: que como va casi a la par
que el manga, han metido mucho relleno, y aunque alguna historia ha sido
entretenida, la gran mayoría ha sido aburrido, y ha hecho que me pare más de lo
que me gustaría, y he demorado mucho el visionado de la misma.
Lo mejor de la serie, sin lugar a dudas, son el Capitán Hitsugaya
y su teniente Matsumoto. Con ellos dos, están aseguradas las risas. A lo mejor,
porque Hitsugaya es tan pequeño que debe demostrar siempre que es un gran
capitán, por lo que anda siempre muy serio, y Matsumoto es como su contrario,
que siempre tiene que andar armándola y riendo, y tratando a su capitán como si
de su hermanito pequeño se tratara.
En general, es una historia muy buena, que merece mucho la
pena, y que recomiendo muchísimo (eso sí, os recomiendo que os enteréis de los
capítulos que son de relleno y los tratéis de eliminar cuando os pongáis a
verla, sobre todo, los rellenos que duran más de dos o tres capítulos, porque
al final se vuelven un tanto tediosos, y lo único que quieres es que se acabe
ya para volver a la historia principal)
Un saludo desde mí Mundo Mundano, donde Bleach siempre
tendrá un gran huequito en mi corazón friki.
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