Doctor Who...

Muy buenas a todos.

Estoy nerviosa, ya que en cuestión de horas, iré al estreno de Los Juegos del Hambre, película que tengo un millón de ganas de ver (y de la cual os traeré reseña el lunes que viene), ya que cuando leí los libros, quedé completamente enganchada a la historia. Hoy la historia será de carne y hueso, y no puedo contenerme de la emoción.

Sin embargo, no he venido a hablaros precisamente de eso, sino que estoy aquí para daros la “reseña del viernes”, y hoy, después de mirar las últimas reseñas, creo que la cosa va a ir de televisión, y es que, sin más dilación aquí os traigo la reseña de una serie que al principio, pensé que no valía la pena, pero que después, es una de esas series a las que amas incondicionalmente, por más extraterrestre feo que salga. Hoy vengo hasta vosotros desde una galaxia muy, muy lejana… o mejor dicho, desde una TARDIS muy anticuada… hoy os vengo a hablar de DOCTOR WHO.

Como ya he dicho, Doctor Who no comenzó en mi vida con muy bien pie, por lo que tengo que confesar que, si he visto esta serie y me he enamorado de ella fue gracias a su spin-off, Torchwood (de la cual realizaré reseña otro día, lo prometo).

Después de verme las dos primeras temporadas de Torchwood, decidí que tenía que darle al Doctor un oportunidad, y vaya si se la di… y vaya si me gustó.

Doctor Who es la serie de ciencia-ficción con más temporadas de la historia (26 temporadas en la serie original, y, hasta la fecha, 8 de la Nueva Generación), y aunque casi no se conservan capítulos de la serie original, si que se recuerda perfectamente a sus 8 primeros doctores, ya que, una de las peculiaridades de esta serie anglosajona que hacen posible su larga duración (desde 1963 hasta la actualidad, aunque con obvios parones en el tiempo) es que, cada cierto tiempo, dado que El Doctor es un señor del tiempo (el último de su especia) tiene la capacidad de regenerarse, y así es como los doctores van cambiando, pero siempre siendo el mismo Doctor.

Los once Doctores hasta la fecha

Yo no puedo hablar de la serie antigua, porque, aunque he conseguido una de las temporadas que no se han perdido, aun no la he visto, sin embargo, si que puedo hablaros de los tres últimos doctores, que corresponden al noveno, décimo y undécimo, ya que son las temporadas a las que soy totalmente adicta.

La serie, como más o menos he dicho, trata sobre un Señor del Tiempo (el último de su especie, y que se hace llamar Doctor) que viaja por el mundo/los planetas/las galaxias/y el espacio-tiempo, en su máquina del tiempo, llamada TARDIS (Times And Relative Dimension In Space; Tiempo y Dimensión Relativa en el Espacio), que tiene forma de caseta de policía de los años ´60, y que casi siempre tiene un compañero de andanzas (desde 1963, más de 35 actores y actrices han acompañado al Doctor a lo largo y ancho de toda la galaxia). Además, siempre contaremos con el eterno enemigo del Doctor, los Daleks, así como otro montón de malos-malosos, que harán que con cada capítulo estés en tención.  

He de confesar, que hasta el momento, mi Doctor favorito a sido el décimo, interpretado por el magnífico David Tennant   y que la compañera que mejor me cae, sin lugar a dudas, es Rose Tyler (interpretada por Billie Piper).

Como podéis imaginar a estas alturas de la reseña, aunque en un comienzo, miraba la serie de manera poco reticente, al final me enganchó enormemente, y ahora vivo en un estado en el que deseo tener una TARDIS y un destornillador sónico… A NO, ESPERAD… que EL DESTORNILLADOR SÓNICO YA LO TENGO XD.

En el Salón del Manga de Tenerife del 2011, con mi destornillador sónico, junto a un magníficamente currado Cybermen (uno de los enemigos del Doctor)

Bueno, después de tan extensa reseña, creo que ha llegado el momento de recomendar a todo aquel que no la haya visto, que, si le gusta este género, le eche un vistazo a la de ya mismo.

Ahora solo me queda despedirme hasta el lunes que viene, y esperar con impasiencia a que sean las 21:30 para acudir a Los Septuagésimo Cuartos Juegos del Hambre.

Un beso enorme desde mi Mundo Mundano, justito antes de darme un paseo en mi magnífica TARDIS.